lunes, 6 de octubre de 2014

CRÓNICA DE UNA MUERTE (SIN ANUNCIAR)

Érase una vez… Así comienzan los cuentos de hadas, historias con finales felices, no como la que hoy os voy a contar. Esta no acaba con un banquete, ni con un romántico baile.
   Todo comenzó a principios de verano del 2013. En realidad, ya había comenzado antes, mucho antes, con horas y horas de trabajo y de ilusión. En el mes de julio del año pasado recibí un correo electrónico en el que me decían que Molobo iba a ser publicada. Yo busqué la cámara oculta pero no la había (¿o sí?). El sueño hecho realidad. Eso parecía según iban transcurriendo semanas y meses. La editorial, entonces Iniciativa Mercurio, parecía pequeña pero muy implicada con sus autores.  La comunicación fluía y los proyectos iban saliendo.
   Y entonces llegó el cambio. Debido a tensiones internas (y a otros motivos ocultos que nunca sabremos), I. Mercurio se transformó en Libralia, que se hizo cargo de las obras y autores de la desaparecida. Y con ellos se acabó la felicidad. Comenzaron a no contestar al teléfono, ni los correos electrónicos, ni los mensajes a través de facebook. Desaparecidos, o casi. Llegó la hora de liquidar royalties y nadie se hacía cargo de la situación, seguían publicando obras pero se hacían los locos. Los autores no hemos percibido, al cabo ni un céntimo por nuestras obras.
   Hace unos días, lo que sí hemos recibido ha sido un comunicado frío e impersonal, en el que se nos comunica que Libralia va a declararse en concurso de acreedores (paso previo a la quiebra, para quien no lo sepa), lo que implica no solo que nos vamos a quedar sin cobrar nuestros derechos, sino que deberemos esperar hasta que la situación se asiente de forma oficial para disponer de los derechos sobre las mismas. Además, nuestras obras quedarán tiradas como un trapo sucio, novelas ya publicadas que no han tenido ni la atención ni la oportunidad que merecían. Al más puro estilo “banco español”: desahuciado y sin dinero, aparcado en la cuneta de los indeseables.
   De este modo, el público se perderá magníficas novelas como Dellamorte, de Antonio Sachs, El hombre que se vengó de sí mismo, de Emerson Walkman, Nueve milímetros de Agustían García Meana, o El espejo de Ares, de Magnus Dagon, cuya reseña colgué en este blog hace unos meses. No podréis disfrutar de antologías de la calidad de El erradicador de pecados y otras historias, de Ana Morán Infiesta, o Atávico, de Luis González Moreiro. Eso por nombrar unos pocos, los más allegados.
   ¿Qué nos queda para el futuro? Levantar la barbilla, con la cara bien alta. Apaleados sí, cornudos no. La esperanza de encontrar gente seria cuyo objetivo sea trabajar y prosperar en el difícil mundo literario y no una pandilla de cantamañanas que no saben lo que tienen entre manos. Mirar hacia adelante, seguir trabajando, nuestro momento llegará.

   ¡Ánimo, compañeros! El talento lo poseemos nosotros, no ellos.

jueves, 2 de octubre de 2014

EL ERRADICADOR DE PECADOS

   HOLA!!!

   YA ESTOY DE VUELTA. Y NO, NO ME HE VUELTO LOCO. ESTA ES UNA ENTRADA ESPECIAL MIENTRAS LLEGAN NUEVOS EPISODIOS DEL RELATO QUE TENEMOS ENTRE MANOS. EL ERRADICADOR DE PECADOS ES EL TÍTULO DE UNA NOVELA ESCRITA POR MI AMIGA Y COLEGA ANA MORÁN INFIESTA. TAMBIÉN ES (ERA) EL NOMBRE DE UN CONCURSO ORGANIZADO POR ELLA MISMA QUE CONSISTÍA EN ESCRIBIR UN RELATO CORTO RELACIONADO CON ALGUNA DE LAS HISTORIAS QUE CONTIENE SU LIBRO (LO RECOMIENDO POR CIERTO, OS ENCANTARÁ). EL PREMIO ERA UN EJEMPLAR FIRMADO POR LA PROPIA AUTORA Y NO PUDE RESISTIR LA TENTACIÓN, ASÍ QUE ALLÁ QUE FUE EL RELATO.

   LO AMLO ES QUE LA GENTE NO ESTABA POR LA LABOR Y AL FINAL EL CONCURSO SE ANULÓ POR LA ESCASA PARTICIPACIÓN, ME QUEDÉ SIN MI EJEMPLAR FIRMADO, PUES SEGURO QUE HABRÍA GANADO, ¡¡JAJAJA!!

   AQUÍ OS DEJO EL RELATO QUE ESCRIBÍ, AUNQUE PARA QUE PODÁIS ENTENDERLO MEJOR SERÍA INTERESANTE QUE LEÁIS LA HISTORIA DE LA CUAL PROVIENE, ES CORTA Y DIVERTIDA; ENTRARÉIS EN CONTACTO CON LOS PERSONAJES Y CON LA HISTORIA. SI NO, CUANDO LEÁIS EL MÍO ALGUNAS COSAS NO LAS COMPRENDERÉIS.

   EL RELATO "MADRE", DEL QUE PROVIENE LA HISTORIA, SE TITULA "FANTASMAS ENTRE LAS SOMBRAS". EN ESTE ENLACE LO PODÉIS DESCARGAR GRATIS EN FORMATO PDF O EPUB.


   Y, A CONTINUACIÓN, VA EL MÍO. QUE LO DISFRUTÉIS Y HASTA PRONTO.


LIBERACIÓN
Por Vidal Fernández Solano

«Te espero en la cabaña abandonada. Donde las Sombras rescataron a la mestiza. Ven sola si quieres recuperar a tu amante de una pieza»

Anabelle había encontrado la nota clavada con un cuchillo en la puerta de su casa. Por dentro. Primero había pensado en ceder a la amenaza de Alistair, pero la fortuna se había cruzado en su camino. Cuando se disponía a salir para acudir a la cita se topó con Scarlett. Esta detuvo su caballo de vapor frente al porche.
            —Buenos días, Anabelle, estoy buscando a Lillian ¿no sabrás dónde puedo encontrarla?
            —Hace un par de días que no la veo —Anabelle mintió, no con mucha seguridad. Su voz titubeó ligeramente.
            El brillo frío y azul del ojo biónico de la agente destelló un segundo. El embuste no había funcionado. Anabelle se derrumbó y le explicó todo a la amiga y compañera de Lillian. Y ahora bajaba la pendiente de la montaña en su caballo. La cabaña estaba a la vista, en la casi desértica planicie. Lo único que quería era acabar con aquello de una vez, dejar de sentir miedo cada vez que pensaba en su marido, el líder de la temida banda de forajidos, los Davenport.
            Llegó a la parte delantera de la cabaña y desmontó. Cuando miró hacia la ventana delantera de la cabaña, le pareció que algo se movía dentro. Un escalofrío la sacudió de arriba abajo. El dolor de las ya viejas cicatrices pareció volver. No pudo evitar llevarse la mano a las heridas de cuchillo que él le había infligido tanto tiempo atrás.
            —¡Las manos a la vista, querida! —la voz, áspera, provenía del interior—. Espero por tu bien y el de tu amor que hayas venido sola. Y desarmada. Tú y yo tenemos una cuenta pendiente y hemos de saldarla. Acércate a la puerta. Despacio.
            Anabelle obedeció. Cuando estaba a solo unos metros, la puerta se abrió a medias. La silueta de Alistair se recortó contra la oscuridad interior. Delante de él, a modo de escudo humano, estaba Lillian, atada y amordazada. Un reguero de sangre seca partía de una herida en su frente y tenía un ojo morado. Aparte de eso, presentaba buen aspecto. Al menos a simple vista.
            —Poco a poco —él escupía las palabras con desprecio—. Haremos un intercambio. Tú por ella. Cuando haya acabado lo que dejé a medias, podréis continuar con lo vuestro… ¡en el infierno! —la carcajada sonó como el graznido de un cuervo.
            Anabelle se aproximó temblando. Estaba dispuesta al trueque. Lillian era lo mejor que le había pasado en la vida, no era culpable de sus errores pasados. Cuando estuvo al alcance, Alistair la agarró con fuerza del brazo y empujó a Lillian, propinándole un patada que la hizo caer de bruces a unos metros de distancia. Su rostro y el de su marido quedaron a escasos centímetros, el aliento a tabaco rancio de él llenó sus fosas nasales.
            Todo sucedió muy rápido., en menos de un segundo. Alistair la iba a arrastrarla dentro de la casa cuando sonó un ruido extraño, como un golpecito seguido de un chapoteo. Anabelle solo notó la humedad cálida de la sangre que la salpicó, justo un momento antes de que él se derrumbara. Scarlett no había fallado el tiro.
Ni siquiera se molestó en comprobar si estaba muerto. Corrió hacia Lillian y le arrancó la mordaza. Sus labios se fundieron en un beso desesperado y largo. Las palabras estaban de más.

lunes, 11 de agosto de 2014

LAS DOS TORRES (POBRE FRODO)



Como en El Señor de los Anillos, película que casi todos habréis visto, me siento una especie de Frodo que hace caer las Dos Torres, la de Isengard y la de Mordor. Nunca he estado en la comarca ni tengo los pies peludos, así que os explico:
Al principio de este año me hice un propósito (literario, quiero decir). Este consistía en conseguir entrar en las selecciones de dos concursos que yo consideraba «inaccesibles», y en ver publicada mi segunda novela. Pensé que con eso ya me podía dar con un canto en los dientes dentro de un mismo año.
            La primera de esas «torres» era Hislibris, un concurso de relato histórico en el que es muy difícil clasificarse en la primera criba hecha por el público del foro y casi imposible pasar el listón establecido por el jurado. Ese obstáculo lo superé, contra todo pronóstico, en el mes de febrero, con la inclusión de mi relato «La eterna sonrisa” entre los dieciocho que formaron el libro que resultó del concurso. Relatos variados, divertidos, geniales en su mayoría.
            La segunda de las torres era un hueso duro de pelar. Se trataba de la antología periódica «Calabazas en el trastero», que se convoca cada cuatro meses con un tema diferente. Precisamente a través de esta publicación y del foro Ociozero fue donde entré en contacto con el público, echándome «a la calle» con mis pequeños monstruitos. Casualmente encontré la convocatoria «Catástrofes naturales», muy ad hoc para un relato que acababa de escribir. Desde entonces lo he intentado en muchas ocasiones, sin éxito, a saber: Empresas, Horror Cósmico, Supersticiones, Creaturas, Mitos de Cthulhu,  y Fútbol, en algunas de ellas incluso con dos relatos escritos para la ocasión.
            Tras esto, el desánimo me invadió y abandoné la idea de participar en un Calabazas, hasta que vi la convocatoria especial Steampunk, género que me encanta. Entonces envié «La conciencia de las máquinas» y… ahí está.
            No sé si la moraleja es que hay que seguir insistiendo o ha sido solo una coincidencia. Lo cierto es que aún me queda vencer a Sauron para completar el sueño, Mi sueño. Pero eso tendrá que ser después del verano, el calor puede conmigo un poco más cada año. Ya os iré contando.
            Mientras tanto, como dicen los toreros «Va por vosotros».

            Hasta pronto.

viernes, 25 de julio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (VIII)

   BUENOS VIERNES:
   A TRANCAS Y BARRANCAS, SOCARRADOS POR LA CHICHARRERA, VENIMOS ESTA SEMANA CON UN POCO MÁS DE ESTA HISTORIA BAJO EL BRAZO. TODO SEA POR VOSOTROS, LOS QUE SEMANA A SEMANA DEDICÁIS UN POCO DE VUESTRO TIEMPO EN CUALQUIER ÉPOCA DEL AÑO PARA LEER LAS COSILLAS QUE OS VOY TRAYENDO. RESISTIREMOS MIENTRAS EL CUERPO AGUANTE.
   LO DICHO, OS DEJO CON LATSIRC Y COMPAÑÍA.
   HASTA PRONTO.



Etneilav desenvainó su espada y enfrentó a las dos bestias, impidiendo que se adentrasen en la cueva. El más pequeño de los escorpiones se abalanzó sobre el guerrero, moviendo sus pinzas en un intento de cortar la carne y triturar los huesos. Etneilav, ágil, realizó una finta imposible y esquivó el ataque. El filo de su espada destrozó una de las pinzas del animal, que lanzó un sonido agudo y estridente de dolor. El eco del grito de la bestia rebotó en las paredes de la cueva e hizo temblar los tímpanos de Latsirc. La muchacha pensó que se iba a quedar sorda, pero el grito descendió con la misma rapidez con que se había elevado.
            De la pinza cercenada chorreaba un líquido negruzco y espeso, la sangre del animal, que olía a putrefacción. En un intento desesperado, el escorpión se giró sobre sí mismo mientras su compañero intentaba rodearle y atacar a las mujeres, tarea difícil debido a lo estrecho de la entrada de la cueva, obstruida por el escorpión herido y el guerrero en plena pugna. Finalmente consiguió trepar por la pared, dejar a un lado a los contendientes y penetrar en la cueva. Las dos mujeres se encontraban al fondo. Simara protegía a la joven con su cuerpo. Sus ojos estaban cerrados mientras se concentraba y musitaba unas palabras. El escorpión se lanzó sobre ellas y, justo cuando su aguijón estaba a punto de atravesar a la hechicera, una cúpula de energía apareció de la nada alrededor de las mujeres y evitó su muerte. El conjuro de Simara había funcionado en el último segundo.
            El escorpión se revolvió, furioso por la frustración de haber fallado el ataque, y empezó a golpear la bola de energías con ambas pinzas. La estructura en un principio pareció aguantar los envites del animal, pero pronto comenzaron a aparecer pequeñas resquebrajaduras en los puntos donde las temibles pinzas impactaban sobre la superficie luminosa, como si de un cristal se tratase. Simara estaba haciendo un esfuerzo ímprobo por sostener el hechizo, pero sus fuerzas estaban mermadas desde el encuentro con la serpiente y a causa del largo camino que llevaba recorrido. Al final, con o sin magia, no era más que una anciana llevada al borde de su resistencia. El sudor apareció en su frente a causa del esfuerzo, y pronto su rostro se volvió ceniciento, al borde del colapso.
            Entretanto, Etneilav peleaba enconadamente con el otro escorpión. Aún sin una de sus pinzas no se daba por vencido y atacaba al guerrero una y otra vez. Este detenía los golpes con su espada mientras se preguntaba cuánto tiempo más podría sostener aquella lucha, la resistencia del animal era muy superior a la suya.
            El alacrán gigante retrocedió unos pasos, desconcertando a Etneilav. Pero no tuvo tiempo de pensarlo mucho, la bestia se lanzó a la carga sobre el guerrero con su aguijón por delante, dispuesto a asestar un golpe mortal. Etneilav reaccionó sin pensar, solo su instinto le salvó la vida. Esquivó el lance y asestó un tajo que traspasó la coraza del animal, abriendo su cefalotórax de alto en bajo. Una marea de fluido negro y maloliente inundó el suelo de la entrada de la caverna mientras el cuerpo del escorpión caía sin vida sobre la roca.
            Su compañero casi había conseguido quebrar el escudo protector creado por Simara. La hechicera se hallaba al borde del desvanecimiento, Latsirc la abrazaba, sosteniéndola en pie. Un último empellón y el escorpión destrozó la cúpula de energía. Se detuvo un instante, como si estuviera saboreando su éxito, y descargó su aguijón con toda su fuerza contra las mujeres. Etneilav gritó desde la entrada, impotente, incapaz de llegar hasta donde estaban las mujeres para luchar junto a ellas.
            —¡No! ¡No puede acabar aquí! —nunca había prestado demasiada atención a las cuestiones religiosas, pero en aquel segundo elevó lo más parecido a una plegaria que había hecho en su vida.
            Un destello iluminó la cueva, sorprendiendo al guerrero. Cuando cesó, la escena era increíble.
            Latsirc había extendido un brazo, como si con un gesto de la mano pudiera detener el ataque de la bestia. Y lo había hecho. Sus ojos permanecían cerrados, y a poca distancia de su mano el aguijón de su enemigo se había detenido, había quedado inmóvil en el aire. La bestia parecía esforzarse por continuar con su ataque, pero una barrera invisible le impedía llegar a sus víctimas. Cuando vio que no podía llegar a ellas, intentó recoger la cola para efectuar un nuevo intento, pero tampoco pudo. Estaba atrapado de alguna manera, inmovilizado en el gesto de la joven. El animal forcejeó para liberarse una y otra vez, en vano. Siguió tirando y tirando una y otra vez durante unos segundos que se hicieron eternos.
            Etneilav vio su oportunidad, pero al intentar acercarse, sus movimientos se vieron imposibilitados por algo invisible. Era como si el aire de la caverna hubiera cobrado consistencia y se hubiera vuelto espeso y pegajoso, igual que una inmensa tela de araña en la que él, al igual que el escorpión, estaba atrapado.
            Algo cambió de repente. El escorpión comenzó a cambiar. Su caparazón oscuro se tornó gris, empezando primero por el aguijón y extendiéndose luego a todo el cuerpo del animal.  «Está congelado», pensó Etneilav. De hecho, se dio cuenta de que la temperatura de la caverna había descendido bruscamente en apenas un momento. La bestia quedó paralizada y entonces Latsirc hizo un movimiento extraño con la mano, un giro en el aire como si estuviera retorciendo algo invisible, y el escorpión estalló en miles de pedazos que se esparcieron por todo el suelo y rebotaron contra las paredes y el techo de la cueva.
            Etneilav, mudo por la sorpresa, miró a la muchacha. Esta tenía los ojos abiertos. Abiertos y en blanco. No había en ellos ni rastro de las pupilas, solo dos bolas blancas, terribles y luminosas. El poder que provenía de Larsirc se adueñó de toda la materia que había en la cueva, haciendo vibrar las moléculas como si de un terremoto se tratase. Etneilav pensó que aquella energía desatada acabaría con todo lo que había allí, pero entonces todo cesó de súbito. La realidad sufrió una contracción, como si el aire, las rocas y los cuerpos fuesen succionados hacía el cuerpo de la chica. Etneilav cayó de rodillas, exhausto, dominado por el influjo, pero entonces Latsirc se desvaneció y todo quedó de nuevo a oscuras.

viernes, 18 de julio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA(VII)

   BUENOS VIERNES
   NO SÉ CÓMO PUEDO ESTAR VIVO AÚN CON ESTA OLA DE "CALÓ" AFRICANO (YA PODÍAN MANDAR FRESQUITO DE VEZ EN CUANDO, CONNIO!!!), PERO CON ESO Y CON TODO ME LAS HE APAÑADO PARA TRAEROS OTRO POQUITO DE ESTA HISTORIA DE FANTASÍA.
   ESPERO QUE LA DISFRUTÉIS (A LA SOMBRA MEJOR).
   TA PRONTO


Al término del bosque, sus ojos se perdieron en un mar de arena, que se extendía inabarcable allá donde la vista llegaba.
            —¿Seremos capaces de cruzarlo y llegar con via al otro lado? —Latsirc no pudo inhibir el escalofrío que la sacudió, a pesar del calor reinante. La temperatura nada tenía que ver con aquello.
            —No nos queda otro remedio, niña —Simara tampoco veía con buenos ojos el hecho de internarse en aquel infierno, pero si querían llegar al Templo a tiempo para la confluencia no podían perder semanas en rodearlo. Las cosas eran así.
            —Todo camino, por muy largo que sea, comienza con un paso —dijo Etneilav, y Simara enarcó las cejas, sorprendida. No hubiera esperado algo tan profundo de aquel joven guerrero.
            Se aseguraron de llenar los odres con agua antes de partir. «La travesía nos llevará unas dos semanas», había dicho Simara. Caminarían de noche para evitar el intenso calor y dormirían de día en alguna oquedad rocosa. El desierto estaba lleno de enormes rocas que sobresalían como islas de la arena, fantasmas de un mar que se había secado en eras pretéritas.
            Pronto no tuvieron más remedio que cubrir sus rostros con la tela de sus ropajes para evitar que el viento llenares de arena su boca y su nariz. Cuando el sol despuntó sobre el horizonte, Simara indicó un pico rocoso, no muy lejos de donde se hallaban.
            —Descansaremos allí.
            No tardaron demasiado en llegar a la montaña y encontrar una pequeña cueva que les alejara del calor diurno. Tuvieron que trepar un poco por las rocas pero no fue difícil. El hueco no era grande pero ellos cabían con holgura. Desde la parte de atrás partía un pequeño túnel hacia el interior de la montaña. Se podía entrar en él a gatas, pero ninguno de ellos sintió el más mínimo deseo de hacerlo.
            —Deberíamos tapar esa entrada con una roca o algo así. No puede estr tranquilo pensando que puede habar algo vivo ahí.
            Simara cerró los ojos y murmuró unas extrañas palabras. Entonces un ligero temblor sacudió las paredes de la cueva. Sin saber cómo, el agujero había desaparecido. Latsirc y Etneilav miraban el lugar donde momentos antes había estado el túnel, sorprendidos.
            —¡Lo has hecho desparecer! —Latsirc fue la dueña de la exclamación.
            —El conjuro durará tan solo unas horas, pequeña —objetó Simara—. Suficiente para que descansemos y podamos proseguir la marcha.
            Se acomodaron y prendieron una hoguera con un poco de leña que portaban en sus fardos. Pronto las mujeres se durmieron, pero Etneilav no podía conciliar el sueño. Su espíritu guerrero le decía que no estaban seguros allí. El reducto no era muy grande y no había recovecos donde pudiera esconderse un hombre o una fiera, ni tampoco habían visto señales de que allí habitase ningún tipo de animal: restos de comida, excrementos o pelo. Aún así, su sexto sentido le decía que debía permanecer despierto.
            Unas horas después cabeceaba junto a los rescoldos de la hoguera cuando escuchó un ruido. Como unas piedrecillas resbalando a la entrada de la cueva. Se espabiló de inmediato y permaneció inmóvil, escuchando, casi sin respirar. Sí, ahí estaba el sonido de nuevo. Unas patas rozando la roca. Agarró su espada y se puso en pie con sigilo, al tiempo que se acercaba a la entrada. Al girar un recodo no pudo por menos de gritar para dar la alarma.
            —¡Despertad, rápido, os necesito aquí! ¡Nuestra vida depende de ello!

            Frente a él, dos enormes escorpiones tan altos como una persona preparaban sus pinzas y sus aguijones. Les habían traído la cena a casa esa noche.

viernes, 11 de julio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (VI)

   HOLA A TODOS:
   ¡¡YA VIENE LA OLA DE CALOR!!! TODOS AQUELLOS QUE OS ESTABAIS QUEJANDO DE QUE NO LLEGABA EL VERANO YA PODÉIS ESTAR CONTENTOS. YO, POR MI PARTE, ME RESIGNO A SUFRIR EN SILENCIO HASTA QUE LLEGUE SEPTIEMBRE.
   NO ME ENROLLO MÁS, OS DEJO CON "EL OCASO DE LA MAGIA"
   HASTA PRONTO

Los tiempos de decadencia comenzaron. Los magos oscuros, que habían salvado al pequeño Orrodep del sacrificio, hicieron una buena labor. Demasiado buena, quizás. Ni siquiera ellos pudieron prever hasta dónde podría llegar el poder de aquel pequeño bebé que habían rescatado. «El señalado»; así lo llamaban. Él se encargaría de dar la vuelta al equilibrio de poderes que existía en el mundo, las profecías no dejaban lugar a dudas. Él traería de nuevo la barbarie, la degeneración, la muerte a un mundo que nunca las había olvidado por completo.
Los señores del Templo de la Luz buscaron por todas partes, sin éxito. El hechizo tejido por sus oponentes era demasiado poderoso y protegía al pequeño de su visión mágica.
            Transcurrieron los años. Cuando Orrodep llegó a la edad estipulada se sometió al ritual y se convirtió en uno de los más poderosos hechiceros sobre la faz de la Tierra. Su sed de poder y de sangre no tenían límite. Los señores oscuros organizaron un ejército compuesto por seres abyectos, desterrados del mundo unos, creados para las artes mágicas los otros, todos ellos llenos de odio y ansias de venganza, y atacaron el reino de Ymeria. Los señores de la luz resistieron el envite una y otra vez. La guerra prosiguió durante años y años, durante los cuales el poder de Orrodep se iba incrementando mientras decaía el de los magos blancos. Entonces el mago cometió un error, un error crucial que impidió que el mundo se viera sumido en la barbarie: mordió la mano que lo había alimentado.
            A espaldas de los señores oscuros, Orrodep se dedicó a planear su propia estrategia: pensó en traicionar a los magos negros, dejarlos a merced de sus adversarios, para detentar pos sí mismo el señorío absoluto sobre las fuerzas siniestras, erigiéndose a sí mismo como emperador del mal. Una noche se hallaba en sus aposentos, vislumbrando el avance de sus fuerzas a través de un orbe de cristal, cuando la bola escapó de sus manos y se estrelló contra la pared, fragmentándose en un millar de pedazos. Una voz cavernosa resonó en la estancia.
            —¿Qué has hecho, desgraciado? ¡Nos has traicionado!
El Sumo Sacerdote se hallaba de pie, casi invisible en la oscuridad de un rincón. Orrodep ni siquiera le había oído entrar. «Subestimé su capacidad», pensó, «y ahora ya es demasiado tarde».
El Sumo Sacerdote levantó una mano y con un gesto creó una bola de energía y la arrojó contra Orrodep, pero este la esquivó con facilidad. Contraatacó con un hechizo, intentando congelar a su oponente, pero este era mucho mayor y más experto. Los carámbanos cayeron al suelo y se deshicieron al instante. En menos tiempo del que se tarda en pestañear el Sumo Sacerdote le acorraló contra la pared y, agarrándole del cuello, lo elevó sobre el suelo un palmo. Orrodep se asfixiaba por momentos, era su final. Sin embargo en el último segundo una chispa de lucidez le salvó.
Dado que era imposible vencer al Sumo Sacerdote, Orrodep le dio la vuelta a la situación. Con sus últimas energías hizo algo tan doloroso que le llevó décadas superar. Lanzó un conjuro contra sí mismo y separó su esencia vital de su cuerpo, que quedó muerto como una cáscara hueca en las manos del Sumo Sacerdote. Su espíritu se deshizo como una voluta de humo y se alojó temporalmente en un plano de la realidad paralelo, esperando el momento adecuado para volver al mundo. Mientras tanto sufrió lo indecible, suspendido en un limbo de dolor, tan agudo como jamás hubiese pensado que podía existir. Casi un siglo más tarde, restablecido del trauma, Orrodep tomó el cuerpo de un pastor moribundo y volvió a la existencia carnal.
Mientras tanto, la guerra había acabado. El mundo se hallaba prácticamente destrozado, ambos bandos habían agotado sus fuerzas y la magia fue despareciendo de la tierra de forma gradual: los que la practicaban habían resultado diezmados en la contienda y los pocos que habían quedado iban muriendo sin encontrar sucesores. Apenas quedó un pequeño reducto  que se reagrupó en el Templo de la Luz.

Y, del otro lado, como amo y señor de la magia negra, Orrodep.

viernes, 4 de julio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (V)

   BUENOS VIERNES
   DESPUÉS DEL ATRACÓN PULP (ESPERO QUE TODOS, PERO TODOS, LE ECHÉIS UN OJO A LA ANTOLOGÍA, ESTÁ MUY BIEN) DE ESTA SEMANA, VOLVEMOS A LAS ANDADAS. NUESTROS PERSONAJES SIGUEN SU CAMINO TRAS EL ENCUENTRO CON LA SERPIENTE ENVIADA POR ORRODEP. ¿QUÉ LES ESPERARÁ MÁS ADELANTE?
   NO OS LO PERDÁIS, SEMANA TRAS SEMANA DESCUBRIREMOS EL FINAL DE ESTA HISTORIA Y EL ORIGEN DE LOS NOMBRES DE LOS PERSONAJES, QUE TIENE SU PROPIA HISTORIA...
   HASTA PRONTO

Latsirc se apresuró a socorrer a Simara, que yacía inmóvil al otro lado del claro. Se agachó y la sacudió un poco. No hubo reacción.
            —¡Simara! ¡Vuelve! ¡No te vayas, no me dejes! ¡No aquí y ahora!
            —¿Te molesta la compañía? No lo parecía hace un momento cuando te he quitado a esa serpiente de encima —la voz de Etneilav sonó detrás de ella. La joven se giró, airada.
            —¡No digas idioteces y ayúdame con ella! Llevémosla junto al fuego.
            La reacción sorprendió al guerrero. Aquella mujer desprendía fuego a través de su mirada. Decidió dejar las bravatas para después, aquella no era gallina que se dejara impresionar por cualquier gallo. Tomó el cuerpo de la hechicera en brazos y, con una aparente facilidad a pesar del peso del mismo, lo depositó con facilidad junto a la hoguera. Latsirc tomó un pequeño recipiente extraído de un fardo que reposaba en el suelo, retiró el tapón y lo acercó a los labios de Simara. No estaba muerta, pero tampoco volvía en sí. Sin ella no podría completar su misión, no llegaría hasta su objetivo. Con un gesto inconsciente, se apartó el pelo del rostro e intentó que la anciana bebiera un poco.
            —¿Qué es eso? —Etneilav señaló una especie de mancha que había aparecido en la frente de la chica al retirar el cabello hacia atrás— ¿Alguna marca especial que usáis en tu tribu? ¿Eres una esclava? No puedes estar casada aún. Ningún marido permitiría que su mujer anduviese perdida en medio de la Selva de la Perdición.
            Latsirc se revolvió. Aquel tipo estaba consiguiendo sacarla de sus casillas.
            —¿Quién eres tú? ¿Es que no puedes mantener la boca cerrada? Preguntas, preguntas… pareces una alcahueta en lugar de un guerrero. Quizás los dioses se equivocaron de cuerpo para tu espíritu.
            —De acuerdo, de acuerdo —Etneilav replegó sus velas. De nuevo había errado el tiro—. Quizás hemos empezado con mal pie. Empezaré yo, tranquila: soy uno de los pocos que sobrevivieron cuando los Satars gigantes de Orrodep atacaron el poblado donde yo vivía. El techo de paja del establo donde me hallaba en aquel momento cayó sobre mí y pensaron que estaba muerto. Unos días después un mercader que pasó por allí encontró un niño herido, hambriento y deshidratado, al borde de la muerte. Ese niño era yo. Me recogió y me llevó con él en calidad de semiesclavo. A mí me dio igual, mi familia había muerto y tampoco tenía donde ir. Era un buen hombre. En poco tiempo ya no era mi amo sino mi amigo, un sustituto de mi verdadero padre. Murió hace poco, ya era muy anciano. Entonces pensé que lo más acertado sería ir a Lartania, la capital. Quizás me acepten como escolta en el Templo. Soy un buen guerrero. ¿Qué me dices de ti?
            Latsirc pensó un momento antes de contestar. El joven era un poco atontado y engreído, pero no parecía una mala persona.
            —No hay mucho que contar. Hasta hace poco vivía tranquilamente en mi casa, en un pequeño poblado lejos de aquí. Casi buscando marido, como decías —le regaló una mirada significativa y él se encogió de hombros mostrando las palmas de las manos como diciendo «qué querías que te dijera»—. Parece mentira que haya recorrido toda esta distancia, jamás había traspasado los límites de la aldea. Un día se presentó Simara en el pueblo y preguntó por el jefe. Este a su vez llamó a mi padre y luego a mí. Ella —señaló con un dedo a la anciana inconsciente— es una de los pocos magos que restan en el mundo. Pertenece a la Orden de la Luz, aunque si me preguntas no sabría explicarte mucho. Me dijo que debía acompañarla sin demora, que se trata de un asunto de vital importancia. Para el mundo, fíjate. Yo, la hija de un campesino, con el destino del mundo en mis manos. Bueno, no exactamente en mis manos. Parece ser que la cosa está relacionada con esto.
            Entonces Latsirc levantó su negra melena y dejó al descubierto la parte posterior del cuello. Etneilav se inclinó para ver mejor a qué se refería. Cuando lo vio enarcó las cejas, sorprendido. Desde el punto donde nacía el cabello comenzaba una marca, una sorprendente marca en forma de una serpiente enroscada y mordiéndose la cola.
            —¡Increíble! ¡He visto eso en algún lado, aunque no recuerdo su nombre!
            —Es un Uróboro, jovencito —la que contestó fue Simara. Había abierto los ojos y se incorporaba con dificultad. Un ser mágico y místico. Pero podéis seguir hablando como dos bobos, no hace falta que acudáis a ayudar a una pobre anciana dolorida.
            —¡Simara, estás bien! Pensé que… que te iba a perder —Latsirc suspiró de alivio.
            —Una simple serpiente no es suficiente para deshacerse de una maga. Por muy decrépita que esté.
            Latsirc la abrazó con los ojos anegados en lágrimas.
            —¡Qué bien tenerte aquí! No se te ocurra darme un susto así de nuevo. No sé qué haría sin ti.
            —Mejor no lo pienses, pequeña. Si Orrodep te echa la zarpa encima, haz lo que te he explicado. No dudes, será mejor para ti.
            Latsirc metió la mano en uno de los bolsillos de su petate y tocó un pequeño frasquito. Según le había explicado la hechicera, contenía un veneno tan poderoso que ni siquiera tardaría dos segundos en matarla. «Si el Mago Negro te atrapa bébetelo. No te dará tiempo a pensar más antes de anular tu voluntad. Estarás mejor muerta que en sus manos, créeme». Se estremeció solo de pensar en esa posibilidad. Etneilav carraspeó.
            —Nos olvidamos de nuestro paladín —dijo Simara—. Te agradezco la ayuda, joven. Y ahora será mejor que durmamos un poco. En cuanto amanezca hemos de partir. Orrodep nos pisa los talones.
            —Voy en vuestro mismo camino —dijo Etneilav—. Si no os molesta, os acompañaré.
            Latsirc iba a replicar con un desplante, pero Simara se adelantó.

            —Cuantos más seamos mejor. Más brazos para luchar.

jueves, 3 de julio de 2014

¡¡¡YA ESTÁ AQUÍ AMANECER PULP 2014!!!!

   HOLA A TODOS
   ESTA SEMANA CUELGO UN POST ESPECIAL PARA INFORMAR DEL LANZAMIENTO EN EBOOK DEL RECOPILATORIO "AMANECER PULP 2014". UN PROYECTO EN EL QUE HE TENIDO EL PLACER DE COLABORAR Y QUE INCLUYE UN RELATO DE UN SERVIDOR.
   SE TRATA DE UN COMPENDIO DE RELATOS DE AUTORES NACIONALES Y OTROS TRADUCIDOS DEL INGLÉS E INÉDITOS EN ESPAÑA HASTA LA FECHA, TODOS DE CARÁCTER PULP, ES DECIR ACCIÓN, ACCIÓN Y MÁS ACCIÓN.

   PARA EMPEZAR, LA PORTADA ES FABULOSA, Y LOS RELATOS MERECEN LA PENA, GARANTIZADO QUE NO OS VAIS ARREPENTIR DE LEERLO.



   EL EBOOK, EN DIFERENTES FORMATOS, SE PUEDE DESCARGAR GRATUITAMENTE EN ESTA DIRECCIÓN:

http://www.relatospulp.com/publicaciones/serie-neo/350-amanecer-pulp-2014.html

   O TAMBIÉN ADQUIRIR UNA VERSIÓN EXTENDIDA EN AMAZON AL PRECIO DE 0.95 €. ESTA VERSIÓN COMERCIAL, ADEMÁS DE LOS RELATOS, INCLUYE CONTENIDOS EXTRA ACERCA DE LA LITERATURA PULP, SU HISTORIA, ILUSTRACIONES... A UN PRECIO SIMBÓLICO, YO NO ME LO PENSARÍA DOS VECES.
   EN FUNCIÓN DE LA REPERCUSIÓN Y LA DIFUSIÓN ES POSIBLE QUE LA EDITORIAL SE PLANTEE EDITAR EL LIBRO EN PAPEL. SI NECESITÁIS O ESTÁIS INTERESADO EN MÁS INFORMACIÓN ACERCA DEL PROYECTO, CONTACTAD CONMIGO O PEDIDME UN CORREO DE LA EDITORIAL PARA QUE OS CUENTEN LO QUE PRECISÉIS.

   HASTA PRONTO

viernes, 27 de junio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (IV)

   BUENOS VIERNES
   EL VERANO YA ES OFICIAL. LOS "EXPERTOS" PREVÉN QUE SERÁ LARGO Y MUY CALUROSO. NO IMPORTA. SOBREVIVIREMOS. A BEBER MUCHO Y FRESCO Y A PONERSE A LA SOMBRA EL QUE PUEDA.
   MIENTRAS TANTO, ES UNA BUENA ÉPOCA PARA LEER TODOS ESOS LIBROS PENDIENTE QUE NUNCA EMPEZAMOS, LAS ENTRADAS DE MI BLOG... NO SÉ, SON IDEAS QUE SE ME OCURREN, JAJA!!
   TONTERÍAS APARTE (YA EMPIEZA LA FUSIÓN CEREBRAL), OS DEJO EL TROCITO QUE TOCA DE "EL OCASO DE LA MAGIA". A DISFRUTAR DEL CALORCILLO....

 El instructor se adentró en el Bosque Oscuro. Avanzó por sendas invisibles a los ojos inexpertos. Solo los iniciados podían penetrar en la espesura de la foresta sin perderse. Los pocos que lo habían intentado no habían vuelto a salir de allí. Un encantamiento ancestral protegía el bosque de todo poder maligno. En su centro, en un claro que solo le era revelado a un escaso número de elegidos, se llevaban a cabo los ritos más secretos y los sacrificios rituales, como el que el instructor se disponía a realizar.
Ese día, no obstante, arrastraba consigo sin saberlo la esencia misma del mal. Apenas hubo recorrido un centenar de metros entre los troncos y las enredaderas cuando una sensación de pérdida se adueñó de todas y cada una de las terminales nerviosas de su cuerpo. El escudo había cedido, ignoraba cómo, pero de algún modo lo sabía.
—Pero ¿cómo es posible? —el pensamiento salió de sus labios, expresándose en voz alta, recorriendo la floresta sin obtener respuesta. El bebé lanzó un gritito en la cesta. «Seguro que él tiene algo que ver», pensó el instructor, «se diría que se ha alegrado del daño causado en la magia. He de apresurarme».
Apretó el paso, no podía realizar el sacrificio en cualquier lugar. Si el rito no se completaba del modo y en el lugar correctos, no serviría para nada. El mal volvería a brotar en otro lugar, en otro cuerpo. Había que erradicarlo de forma definitiva, y debía hacerse en el lugar exacto, sobre el altar de piedra que descansaba en medio del bosque.
Las sensaciones siguieron llegando, mientras el mago casi corría entre la maleza, cortándose y arañándose con las espinas y las ramas que impedían su paso. Seres oscuros habían entrado dentro del bosque, pendientes de la menor señal para apropiarse del territorio que les estaba vedado. Si no cumplía con su cometido pronto, estaba perdido. Él y la magia blanca. A pesar del dolor físico y de la sangre que ya brotaba por diversos lugares de su cuerpo echó a correr tan rápido como sus piernas le permitieron.
Unos minutos más tarde llegó a su destino. Invadido por la vegetación pero inconfundible, allí estaba. Delante de él. El altar se elevaba, majestuoso, en medio de una zona libre de árboles. Se detuvo junto a él, fatigado. No había tiempo que perder. Desenvainó su daga y cortó los tallos y ramas que había sobre la fría piedra hasta despejarla, al menos lo suficiente como para apoyar el cesto donde portaba el bebé y las velas y esencias que necesitaba para pronunciar las invocaciones. Lo sacó todo del zurrón y se preparó.
—No tan deprisa, no puedes empezar sin tus invitados ¿no  te parece?
Una bella mujer había aparecido en un lateral del claro. El instructor sabía que no era lo que parecía, sino una enviada del mal. Ya empezaban a llegar. Le habían tomado ventaja, mucha más de la que suponía. Impregnó sus dedos en un polvo gris que había en un recipiente sobre la piedra y murmuró un sortilegio. Entonces sopló el polvo y la mujer gritó mientras se deshacía en jirones de humo oscuro. Unos segundos después solo el eco de sus gritos permanecía en el aire. Se giró y se dispuso a comenzar con el ritual
—Desciende, oh Señor de la Luz, y purifica la sangre que está a punto de ser derramada…
Un susurro. Luego otro. Y otro más. Media docena de sombras se materializaron alrededor del instructor. Figuras ataviadas de negro, cubiertos sus rostros por capuchas. El instructor se apresuró con la invocación y elevó la daga en el aire. Antes de que descendiera sobre la blanca carne del bebé, una garra negra y maloliente sujetó su muñeca. «No, por favor, no lo permitas, Señor. Dame solo unos segundos más». El instructor sabía que estaba perdido, no tenía suficiente poder para enfrentarse a seis de los Señores Oscuros. Su única esperanza, no para sí mimo sino para la Magia Blanca, era acabar con el ser que tenía delante.
No pudo acabar el pensamiento. Un momento más tarde yacía sobre el suelo del bosque, desangrándose por un profundo corte en la garganta, mientras los brujos se llevaban el cesto y su contenido.

viernes, 20 de junio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (III)

   BUENOS VIERNES, LLENOS DE CALOR (QUÉ ASCO)
   EN VERANO TODO SE RALENTIZA (HASTA LA ATMÓSFERA), ASÍ QUE NADA DE NOVEDADES POR EL MOMENTO, NI TAMPOCO EN ESPERA DE ELLAS.
   SOLO ME PASO POR AQUÍ A DEJAROS UN TROCITO MÁS DE ESTE RELATO DE FANTASÍA QUE ESPERO SEA DE VUESTRO AGRADO.
   HASTA PRONTO...

Simara cerró los ojos y se acercó a la fogata. Latsirc pensó, por un instante, que se iba a quemar, pero se detuvo muy cerca de las llamas. Se quedó inmóvil, como una estatua, tanto tiempo que la joven pensó que había entrado en trance. Ya había ocurrido antes, no se asustó. La anciana transportaba su esencia a otro plano de la existencia y dejaba el cuerpo atrás, como una cáscara vacía. Latsirc le había preguntado si no temía que a su «parte física» le ocurriese algo mientras ella viajaba lejos y entonces no podría volver. La respuesta había sido parca: «Eso no está en nuestras manos, niña, sino en las de seres superiores que velan por nosotros… o nos dejar partir».
            El fuego chisporroteó y la anciana aspiró profundamente, como si se ahogara. Latsirc se asustó.
            —¿Ocurre algo, anciana? —como no hubo respuesta, la asió por un brazo y la zarandeó— ¡Contesta!
            La sacerdotisa abrió mucho los ojos y se volvió, dando un empellón a la chica que la hizo caer de espaldas un metro más atrás. En ese instante la serpiente cayó desde las alturas justo en el lugar donde había estado sentada un momento antes. El animal bufó, frustrado por haber errado el tiro, y se volvió hacia la joven, dando la espalda a la anciana. Esta agarró uno de los maderos que ardían y lo enterró en la carne de la sierpe, tan gruesa como una pierna humana. La alimaña lanzó un alarido alto y penetrante con voz humana, dio un coletazo que arrojó a Simara al otro lado del claro y se dispuso a llevar a cabo su cometido lo antes posible.
            Latsric se había arrastrado hasta el pie de un enorme árbol y había desenvainado una de sus dagas, una con el filo envenenado. No tendría muchas opciones frente al monstruo en un combate cuerpo a cuerpo, pero si conseguía esquivar su ataque e infligirle una herida el veneno acabaría con ella en un abrir y cerrar de ojos.
            La serpiente se acercó, humeando por el punto donde Simara la había quemado, y habló con voz susurrante e hipnótica.
            —No temas, pequeña, nada malo he de hacerte. Solo deseo que me acompañes. Mi amo desea verte.
            Los ojos del animal centelleaban al ritmo de las llamas, y Latsirc comenzó a sentirse confusa. Sentía como si las fuerzas la abandonasen, como si no le importase tanto dejarse arrastrar por aquel ser abyecto, las imágenes se le hacían borrosas, sus miembros no le respondían.
            —Eso es —siseó la serpiente—, no te resistas, todo irá bien.
            —Ni lo sueñes, puerca. Ella no será tuya jamás.
Simara se había incorporado y había llegado junto al animal mientras este había hipnotizado a Latsirc, quien se encontraba en el suelo, derrumbada entre nieblas de somnolencia.
La serpiente se giró y entonces Simara extendió la mano y sopló un polvo oscuro hacia los ojos de la culebra. Esta comenzó gritar, cegada por el hechizo, y a revolverse de forma salvaje. De un golpe apartó a la sacerdotisa y la lanzó contra los árboles, donde quedó inconsciente en el suelo. Latsirc despertaba lentamente, confundida, sin saber dónde se hallaba ni qué había pasado. Cuando se despejó tenía a la bestia enfrente, dispuesta a atacar, recuperada ya la visión.
Lartsirc yacía tendida junto al tronco, atontada e indefensa. Había perdido la daga, por más que miraba alrededor no conseguía localizarla entre la hojarasca en medio de la noche. La serpiente se elevó, a punto de dar el golpe final.
—Por fin te tengo. Ha costado, pero ahora eres mía, y mi poder será absoluto —la voz de Orrodep fluía a través de la garganta de la bestia.
Entonces, para asombro de la chica, la cabeza de la serpiente se separó del resto del cuerpo, y un chorro de sangre empezó a manar del cuerpo, que se revolvió sin control unos momentos antes de caer inerte.
—Pero, ¿Qué…?
—Eres una joven afortunada —un voz varonil, junto con el musculoso cuerpo de su propietario, apareció junto al cuerpo del animal—. Si no hubiese estado cerca de aquí ahora estarías en el estómago de este bicho. Me llamo Etneilav. Y tú ¿tienes nombre? —con su poderoso brazo asió la mano de Latsirc y la ayudó a levantarse. 

viernes, 13 de junio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (II)

   BUENOS VIERNES A TODOS
   YA ESTÁ AQUÍ EL CALOR Y, CUANDO LAS TEMPERATURAS SUBEN, LAS GANAS DE ESCRIBIR (Y DE TODO LO DEMÁS) HUYEN DESPAVORIDAS. DE TODAS FORMAS, MIENTRAS EL BLOG FUNCIONE POR ENCIMA DE UN MÍNIMO (QUIERO DECIR QUE EL NÚMERO DE VISITAS SEA SUFICIENTE COMO PARA JUSTIFICARLO) YO SEGUIRÉ AQUÍ CON MIS HISTORIAS Y MIS COSAS. SI EL PÚBLICO SE MARCHA DE VACACIONES NO HABRÁ MÁS REMEDIO QUE CERRAR EL CHIRINGUITO HASTA DESPUÉS DEL ESTÍO. YA IREMOS VIENDO CÓMO SE DESARROLLA TODO.
   NO OS ENTRETENGO MÁS, OS DEJO CON EL SEGUNDO CORTE DE "EL OCASO DE LA MAGIA". A DISFRUTARLO...

Todo había comenzado en realidad varios siglos antes, en la época en que los grandes Magos Iluminados  velaban por el equilibrio y la armonía en el mundo. Existía el mal, siempre ha existido y siempre lo hará, pero el mundo aún no había sucumbido a su avance.
            Uno de los aprendices en el Templo de la luz se había presentado ante el Sumo Maestro. Tras solicitar permiso, entró en la inmensa sala y se postró a los pies del gran Mago.
            —Ponte en pie, joven, y dime qué te trae aquí. No es común recibir la visita de un novicio.
            —Mi señor —el joven hablaba con la mirada agachada, nadie salvo los componentes del Consejo de Ancianos podía mirar a los ojos del Maestro—, me envía el Instructor de Primer Grado con un mensaje para vos.
            El Gran Mago frunció el ceño. No era la forma habitual de comunicarse de los Instructores el mandar a un alumno de primer grado. Algo extraño estaba sucediendo.
            —¿Dónde he de ir?
            —A las escaleras del templo, señor. Han hallado algo, pero ignoro de qué se trata.
            —Vuelve y dile a tu Instructor que me espere allí. No tardaré. ¿No te ha explicado qué es exactamente eso que requiere de mi presencia?
            —No señor. Únicamente el recado que os he transmitido.
            El joven reculó hasta la puerta y, dando media vuelta, desapareció por el umbral como una centella.
            Una pequeña multitud se había acumulado al final de las escaleras del templo. El Gran Mago y su séquito descendieron los peldaños con lentitud debido al precario estado de salud del Maestro, ya muy anciano. Cuando las personas que se habían amontonado en torno a algo que quedaba fuera de la vista se percataron de la visita, el gentío se abrió en dos para permitir el paso del Maestro. El murmullo cesó con brusquedad, cediendo el paso a un silencio en el que se podía escuchar el vuelo de una mosca.
            Al acercarse más, el Gran mago sintió que las fuerzas le abandonaban. Hubo de ser sostenido para no caer.
            —No puede ser —farfulló—, la profecía…
            Con ayuda de sus acompañantes llegó hasta el lugar donde el Instructor le esperaba. A sus pies, un pequeño cestillo oblongo dentro del cual se movía algo. El Maestro no necesitó mirar dentro para saber de qué se trataba.
            —¿Habéis comprobado si porta el estigma?
            —Sí, señor. La media luna negra en cuarto creciente. En la parte posterior del cuello. Exactamente donde se supone que debería estar, según la profecía.
            El bebé se removió inquieto en el cesto.
            —Ya sabemos lo que eso significa. Si crece y la luna prospera hasta llegar a ser luna llena, el mal se apoderará del mundo y la nuestra magia se extinguirá. Ese niño posee un poder maligno y ancestral. Es poderoso, aún siendo un simple bebé. Hay que destruirle antes de que pueda completar el ciclo. De lo contrario estamos perdidos. No hay tiempo que perder.
            —Así se hará, Maestro. Yo mismo me encargaré —respondió el instructor. Recogió el cesto del suelo y, tras asegurarse de que su daga estaba colgada al cinto, se alejó del grupo.

viernes, 6 de junio de 2014

EL OCASO DE LA MAGIA (I) + AMANECER PULP 2014

   HOLA A TODOS
   YA ESTAMOS DE NUEVO AQUÍ, CON EL ESTRENO MUNDIAL (JEJE) DE UNA NUEVA HISTORIA, PERO ANTES QUIERO CONTAROS ALGO QUE HASTA AYER ERA "SECRETO".  ESTE TIEMPO ATRÁS HE ESTADO COLABORANDO EN EL CONCURSO DE RELATOS "AMANECER PULP 2014", LA LISTA DE SELECCIONADOS SALIÓ AYER POR FIN.
   CON ESOS RELATOS Y ALGUNOS MÁS TRADUCIDOS DEL INGLÉS SE HARÁ UN EBOOK DE DESCARGA GRATUITA Y QUIZÁS, DEPENDIENDO DE SI HAY DEMANDA O NO, SE EDITARÁ TAMBIÉN EN PAPEL. DENTRO DEL LIBRO, COMO COLABORACIÓN, APARECERÁ UN RELATO DE UN SERVIDOR, "ONDAS MARCIANAS", LLENO DE ACCIÓN Y DE SORPRESAS. YA OS IRÉ CONTANDO A MEDIDA QUE VAYA AVANZANDO. MIENTRAS TANTO, PODÉIS LEER LA NOTA DE PRENSA AQUÍ:

http://www.relatospulp.com/noticias/sobre-la-web/345-amanecer-pulp-2014-lista-de-seleccionados.html

   Y AHORA VAMOS A LO NUESTRO, ESE ASUNTILLO QUE TENÍA UN POCO ABANDONADO Y QUE RETOMAMOS DE NUEVO. SE TRATA DE UNA NUEVA HISTORIA, QUE ESPERO SEA DE VUESTRO GUSTO. SE TITULA "EL OCASO DE LA MAGIA" Y TRATA DE... MEJOR QUE LO DESCUBRÁIS POR VOSOTROS MISMOS.

   BUENA  SEMANA A TODOS. NOS LEEMOS PRONTO.

EL OCASO DE LA MAGIA
Por Vidal Fernández Solano
Orrodep descendió los escalones que conducían a la cripta. Ciento de ellos serpenteaban hacia las profundidades de la tierra, debajo de la torre donde moraba. El camino se hallaba débilmente iluminado por algunas antorchas que colgaban de las paredes horadadas en la roca virgen.
            No miraba hacia atrás. Era imposible que le siguieran hasta su santuario, el lugar donde realizaba sus encantamientos. Nadie en su sano juicio se acercaría a la torre. No en vano él era el brujo más temido de todo el reino de Ymeria, dueño y señor de la región meridional. Todo el territorio desde los Hielos Eternos hasta las Montañas de la bruma estaba bajo su influjo maligno.
            Sin embargo, lo que esa noche había bajado a buscar se encontraba más allá de sus dominios. En concreto, estaba atravesando la tupida Selva de la Perdición, así llamada por estar infestada de pantanos, arenas movedizas y otras trampas naturales. A esto se unía la circunstancia de que las más terribles criaturas habitaban en la espesura. Los habitantes del reino evitaban atravesarla y preferían dar un enorme rodeo de leguas y leguas por no internarse en la espesura traicionera.
            A pesar de ello, el objeto de su deseo llevaba días y noches de penoso viaje en tal paraje. Latsirc, que así se llamaba, había elegido tan peligrosa senda debido a la urgencia de su misión. En realidad, no había sido ella la que había tomado la decisión sino su acompañante, Simara, sacerdotisa del Templo de la Luz, quien prácticamente había arrastrado a la joven a tan incierto destino. Sus señores le habían encomendado la misión de conducir a la muchacha de inmediato al templo, como último recurso para salvar las últimas  reminiscencias de su antiguo poder. Los Amos de la Luz eran escasos, el transcurrir de los milenios había ido acabando con su estirpe poco a poco, y los que quedaban a duras penas eran capaces de contener el avance de la corrupción en el mundo, lo cual le favorecía a él, máximo exponente de la Magia Oscura.
            Llegó por fin al final de las escaleras y se introdujo en una enorme sala en cuyo centro ardía una llama azul que emergía a través de un  agujero en el suelo. La base de la hoguera se adentraba en las profundidades de la tierra, y se alimentaba de las almas torturadas de aquellos que habían muerto de forma violenta.
            Odorrep se acercó al fuego, cuya altura era de casi diez varas, a pesar de lo cual no irradiaba el más mínimo vestigio de calor. Musitó unas palabras en la antigua lengua de la magia y la tonalidad de las llamas cambió, primero verdosa y luego amarillenta. Entonces, como a través de una ventana, una imagen se materializó ante sus ojos, formada por las lenguas de fuego al retorcerse de forma premeditada. Dos formas humanas se definieron, rodeadas de troncos de árboles y vegetación. La imagen estaba enfocada desde lo alto de un árbol, unos metros sobre las cabezas de las dos mujeres y un poco alejada aún del claro. A un gesto de su mano, la portadora de la imagen, unas de sus innumerables criaturas, se arrastró por entre el ramaje y fue descendiendo y aproximándose a la escena. Se detuvo un momento a observar.
            La belleza de Latsirc era deslumbrante. Se hallaba ataviada con ropas de guerrera, correas de cuero se ceñían a sus curvas para sujetar dagas, flechas, cuchillas arrojadizas y dardos envenenados. Hace siglos, Orrodep hubiera deseado poseer aquella carne trémula y virgen, pero había dejado atrás las necesidades de su cuerpo mucho tiempo atrás, cuando cruzó la frontera de la vida mortal. Lo que él anhelaba no era su cuerpo sino su espíritu: Latsirc era un ser especial, había nacido con la marca,  y era única entre los millones de habitantes de Ymeria. Ella era la que decantaría el delicado equilibrio entre las fueras de la luz y de la oscuridad hacia un lado o el otro. Por ello había enviado a sus sicarios a por ella, y por eso huía junto con la sacerdotisa arriesgando su vida de forma tan temeraria.
            La enorme serpiente se detuvo un instante hasta que la orden de su amo llegó. En silencio se deslizó por las ramas y los troncos y se dispuso a caer sobre las mujeres, que ni siquiera habían reparado en el movimiento que se producía sobre sus cabezas. 

viernes, 30 de mayo de 2014

LAS OTRAS RELIQUIAS DE LA MUERTE (RETROSPECTIVA)

   BUENOS VIERNES:
  YA SÉ QUE ESTÁIS ESPERANDO UN NUEVO RELATO, LA SEMANA QUE VIENE LOS TENDRÉIS AQUÍ, PROMETIDO. 
 MIENTRAS TANTO, ESTA SEMANA HE DECIDIDO MIRAR HACIA ATRÁS EN RETROSPECTIVA, AGRUPAR LO QUE ESTE CAMINO LITERARIO QUE YA TIENE DOS AÑOS Y MEDIO DE EDAD HA DADO DE SÍ.
   Y NO ES POCO. MIRAD ESTA FOTO



   EN REALIDAD, NO ES UN PUÑADO DE LIBROS, SINO LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE. CADA UNO DE ELLOS CONTIENE UN PEDAZO PEQUEÑO DE MI ALMA. ¡¡A VER QUIEN ES MAGO LISTILLO QUE SE ATREVE A DESTRUIRLOS TODOS, JEJE!!!

   ESTE ES EL RESUMEN DE LO QUE HE LOGRADO EN ESTE PERIODO DE TIEMPO. UNOS POCOS ACIERTOS ENTRE MUCHOS, MUCHOS BATACAZOS. NO ES GRAN COSA, PERO ES MÍO, MI TESORO, COMO DECÍA GOLLUM. VAMOS ALLÁ.

     >> CUATRO COLABORACIONES CON LAS REVISTA DIGITAL MINATURA, NÚMEROS 119,120,123 Y 132.
     >> GANADOR DEL CONCURSO DE RELATOS DE TERROR DE EAUTORES, UN LIBRO ELECTRÓNICO ME LO RECUERDA DE VEZ EN CUANDO.
       >>  SEGUNDO PUESTO EN EL CONCURSO DE RELATOS "EL CHALANÍN", EN POLA DE LAVIANA, ASTURIAS.
       >>   RELATO "RESURRECCIÓN" PUBLICADO EN EL LIBRO EPIC, DE TYRANNOSAURUS BOOKS, JULIO 2012.
       >>  CUENTO INFANTIL "EL ROBO DEL SOL", DE LA MANO DE MENSAJEROS DE OZ EN LA ANTOLOGÍA SOLIDARIA CUENTOS DE CIUDAD ESMERALDA.
    >> RELATO STEAMPUNK "MUNDO EN TINIEBLAS", DENTRO DE LA ANTOLOGÍA RETROFUTURISTA EDITADA POR PLAN B.
       >>  MI PRIMERA NOVELA EN SOLITARIO, MOLOBO, VIO LA LUZ EN OCTUBRE DE 2013. LA EDITORIAL INICIATIVA MERCURIO, ACTUALMENTE LIBRALIA.
      >> RELATO "GRIGORI", SELECCIONADO POR EDICIONES RUBEO DENTRO DE LA ANTOLOGÍA DE RELATOS HISTÓRICOS 7 RELATOS HISTÓRICOS.
     >> POR ÚLTIMO HASTA LA FECHA, MI RELATO "LA ETERNA SONRISA", SE-LECCIONADO DENTRO DEL VI CONCURSO HISLIBRIS, EN MARZO 2014. EL LIBRO SE TITULA LA VOLUNTAD DE PODER Y OTROS RELATOS.

   ¿Y PARA EL FUTURO? OS CUENTO. AÚN HAN DE VENIR UN PAR DE LIBROS MÁS CON SENDOS RELATOS MÍOS EN LOS PRÓXIMOS MESES, OTRO MÁS EN UN LIBRO ELECTRÓNICO CUYO NOMBRE AÚN NO PUEDO REVELAR PORQUE NO HA SIDO HECHO PÚBLICO, UNA PROPUESTA DE LIBRO AUDIOVISUAL (CRUZAREMOS LOS DEDOS PARA QUE SALGA BIEN), OTRA NOVELA QUE VOY A EMPEZAR A PASEAR POR AHÍ EN BUSCA DE PADRE Y MADRE... ESTO NO PARA, UNAS VECES MEJOR Y OTRAS PEOR.

   LO MÁS IMPORTANTE DE TODO: ESPERO TENEROS AHÍ DURANTE MUCHO TIEMPO, SIEMPRE CONMIGO. SI NO FUESE POR VOSOTROS, NADA DE ESTO TENDRÍA SENTIDO.

   GRACIAS POR ACOMPAÑARME TODO EL CAMINO, SOIS LOS MEJORES.